16 de junio de 2020 | Por Carolina Estebarena
Tras la disposición presidencial del aislamiento social preventivo y obligatorio, establecida allá por fines de marzo, el freno en las actividades fue prácticamente total, pero los legisladores continuamos varias de nuestras funciones, principalmente atender las consultas de vecinos de la Ciudad y mantener reuniones vía telefónica o streaming, de modo que, si bien las restricciones a la presencialidad impidieron que por unos días pudiéramos sesionar o tener reuniones de comisión, ejercimos nuestro rol en el modo cuarentena, desde nuestros hogares y, lo más importante, tuvimos la convicción de que debíamos avanzar hacia la adecuación de nuestro funcionamiento legislativo a los nuevos tiempos, con nuevas normas, temporarias, que nos permitieran tener sesión y retomar el trabajo en comisiones, con los recaudos correspondientes en los encuentros presenciales y resolviendo la presentación de proyectos por mail, así como las reuniones de asesores y de diputados vía zoom. De este modo, gracias a la voluntad de todos los legisladores, y en especial de la vicepresidencia 1ra, logramos continuar con la actividad legislativa, que por cierto hoy es bastante intensa.
Ahora, una referencia específica a las sesiones, pues la readecuación requirió un esfuerzo adicional, ya que no bastaba con la posibilidad de realizarlas con medios digitales. Para cumplir con un protocolo sanitario que previniese el contagio, a fin de sesionar tuvimos que “mudarnos” al Salón Dorado de nuestra Casa Legislativa, cuya amplitud permite asegurar la distancia social requerida. Así, el 7 de abril, en una jornada sin dudas histórica, volvimos a tener sesión, con casi la totalidad de los legisladores presentes y solo unos pocos -por tener factores de riesgo- participando vía zoom desde sus hogares. Al ingreso, pasamos un estricto control de la temperatura corporal y, además de la separación de 1.5 m entre nuestras “bancas” (primero sólo sillas, luego se agregó también una mesa por diputado), contamos por supuesto con los elementos de higiene como alcohol en gel y medidas de protección como, por ejemplo, un film en los micrófonos que se reponía cuando cambiaba el orador. A ello debemos sumar que en la última sesión implementamos el sistema de votación con dispositivos individuales de reconocimiento de huella digital, tanto para los presentes como para quienes deben hacerlo de manera remota. De esta forma, fue posible la aprobación de leyes importantes, entre ellas la de Emergencia Económica y Financiera, las de ratificación de los DNU del Ejecutivo porteño con disposiciones para la gestión de la pandemia. Además, por ley extendimos la vigencia de los certificados de discapacidad, las licencias de conducir y la VTV. También aprobamos dos iniciativas de mi autoría con relación a esta crisis socio-sanitaria: un agradecimiento institucional a la Cruz Roja Argentina, por sus acciones de colaboración en este contexto, y un merecido reconocimiento a los trabajadores de la Educación, a los cuerpos de agentes dependientes del Ministerio de Seguridad del GCBA (Policía de la Ciudad, Bomberos, Agentes de Prevención) y a todos los que se sumaron al voluntariado de la Ciudad, por su compromiso y solidaridad en este momento crítico.
Durante estos meses de cuarentena extendida, la labor legislativa no descansó y tampoco nuestro trabajo al servicio de los vecinos. Los diputados seguimos presentando proyectos, solo que ahora de manera electrónica (antes se hacía en papel, y el archivo en un pen drive). Continuamos realizando las reuniones de comisiones en su versión semi presencial, con algunos presentes físicamente en la Legislatura y otros virtualmente vía Zoom. Esta continuidad nos posibilitó también constituir comisiones especiales, entre ellas la de Cambio Climático, cuya presidencia en los próximos dos años estará a mi cargo. Gran honor y desafío, sobre todo considerando el compromiso de la Ciudad de ser Carbono Neutral en 2050.
Pero nuestro trabajo en estos tiempos tan atípicos no es meramente el legislativo. Como servidores públicos, también colaboramos con las acciones que impulsó el Gobierno de la Ciudad para hacer frente a la pandemia propiciando la reducción de la exposición al coronavirus en particular de los grupos de riesgo. Desde un principio, nos sumamos a la tarea de realizar llamados telefónicos a los adultos mayores, para conversar con ellos sobre el Programa Mayores Cuidados, y también colaboramos en el programa de voluntariado para asistir a quienes solicitaron asistencia para trámites o mandados. Adicionalmente, acompañamos la entrega de las Canastas Nutritivas Escolares y visitamos los vacunatorios. Además, durante la semana, los legisladores y nuestros equipos oficiamos de “concientizadores”, saliendo a la calle para conversar con los vecinos sobre los recaudos que deben tener para cuidarse y para evitar la propagación del Covid-19: principalmente les recordamos el uso de barbijo y el respeto por la distancia social en las filas; y los fines de semana nos hicimos presentes también en las salidas recreativas. A medida que se ampliaron las actividades exceptuadas del aislamiento, acompañamos la apertura comercial, hablando no sólo con los vecinos de los barrios a los que vamos sino también con los comerciantes, en este último caso en especial sobre el protocolo que implementan en sus locales y cómo se adaptan a la actividad en el marco de la pandemia.
En resumen, con motivo del aislamiento obligatorio, la Legislatura como institución y los legisladores porteños, en nuestro rol parlamentario pero también como políticos al servicio de la gente, reconvertimos nuestro modo de funcionamiento y acciones para seguir trabajando por los vecinos, con el mismo compromiso, entrega y amor al prójimo que antes de la situación pandémica que obligó al mundo a modificar su dinámica social, económica y educativa, por mencionar sólo algunos de los aspectos que más alteraciones sufrieron con la permanencia de la cuarentena.